Selena Gomez está en el ojo del huracán tras el estreno de su nuevo videoclip “In the Dark”, que ha generado un aluvión de comentarios por su cambio de apariencia.
La cantante estadounidense de 32 años, conocida por su estilo natural, parecía casi irreconocible en el video con estética ochentera. En cuestión de horas, las redes sociales se llenaron de polémica con etiquetas como “botched surgery” (cirugía mal realizada) y “filler overdose” (exceso de rellenos faciales).
Los fans divididos reaccionaron rápido: unos acusaron a Selena de haberse sometido a procedimientos estéticos fallidos, mientras que otros recordaron que la artista padece lupus y que sus tratamientos pueden afectar su rostro. Desde 2015, Selena ha hablado abiertamente sobre su lucha con esta enfermedad y un trasplante renal que sufrió.
“¿Por qué es tan normalizado hablar del cuerpo de alguien? Literalmente pasó por un trasplante y vive con lupus”, señaló un usuario en X, antes conocido como Twitter.
El clip, dirigido por Luke Orlando, se rodó en menos de ocho horas y usa filtros y luces que alteran la imagen de Selena, algo señalado también por expertos en producción audiovisual. La artista describe el proyecto como un “pequeño Revival”, en referencia a su álbum de 2015 sobre independencia y autoaceptación.
La canción incluye una línea en la que canta: “Estaré ahí cuando te pierdas para recordarte quién eres”, un mensaje que muchos interpretan como respuesta a las críticas de su aspecto.
A pesar del revuelo, Selena y su equipo han evitado comentar sobre los rumores. Su Instagram sigue centrado en promocionar la canción y agradecer el apoyo de sus seguidores.
La controversia revela un problema mayor: la presión social sobre la imagen de las mujeres, aún más cuando enfrentan enfermedades crónicas. Más allá de rumores, la discusión abre paso a la empatía.
“In the Dark” ya supera 1,5 millones de visualizaciones en YouTube y confirma la relevancia de Selena como figura auténtica pese a la tormenta digital.
































