Los agricultores de soja en Nebraska, Iowa y el corazón del Midwest enfrentan una crisis que podría dejar a muchos en bancarrota este año.
China, el mayor comprador mundial de soja en los últimos años, ha dejado de adquirir el producto estadounidense y se ha volcado hacia Brasil. Según el productor Scott Thomsen, que cultiva soya en Kennard (Nebraska), “China no ha comprado ni un solo envío de soja este año, algo poco habitual”.
Esta ausencia de demanda ha hundido los precios y dejado a los agricultores con excedentes que no saben dónde almacenar. Expertos como Cory Walters, de la Universidad de Nebraska, califican la situación de “shock masivo” para los mercados agrícolas.
En reuniones recientes en Nebraska, líderes del sector describen la peor recesión agrícola en décadas. John Hansen, presidente de Nebraska Farmers Union, dijo:
“Estamos en la peor crisis económica que he visto en 50 años”.
Los productores temen que la falta de ventas no solo impacte a sus granjas, sino que arrastre a toda la economía regional. Don Schuller, también agricultor, advirtió que si la agricultura falla, “todo va a fallar” en el área.
El problema se agrava por la capacidad limitada en los silos y plantas procesadoras que están frenando compras. El exceso de cosechas en otros estados podría presionar aún más los precios a la baja.
El expresidente Donald Trump ha prometido ayuda para los agricultores, sugiriendo utilizar ingresos por aranceles para compensar la pérdida. En 2018, su administración destinó miles de millones en fondos directos tras un escenario similar.
Sin embargo, el Departamento de Agricultura (USDA) todavía no ha concretado un plan. La secretaria Brooke Rollins afirmó:
“Estamos en conversaciones dentro del Gobierno para un paquete de ayuda a los agricultores”.
China espera que EE.UU. retire los aranceles para reanudar compras. El portavoz del Ministerio de Comercio chino, He Yadong, dijo que Washington debe tomar “acciones positivas” para mejorar el comercio bilateral.
A pesar de las pérdidas, Thomsen se mantiene fiel a la estrategia de Trump. “Voté por él porque quiero que la manufactura regrese. Esto es un dolor a corto plazo para una ganancia a largo plazo”, dijo.
Para él y muchos productores, la agricultura es más que un negocio, es tradición y pasión. Pero si no se reabren los mercados pronto, la temporada de cosecha podría marcar el principio del fin para muchas explotaciones en el Midwest.
