En Reino Unido aumentan las denuncias por estafas de falsos detectives que prometen acceder a mensajes privados de aplicaciones como WhatsApp, Viber o Instagram a cambio de dinero.
Expertos legales y las autoridades de Montenegro, donde no existe ninguna agencia de detectives registrada desde 2019, advierten que estas ofertas son fraudes y delito penal grave.
Andrea Mihailović, presidenta de Women4Cyber Montenegro, explicó que cualquier intento de “desbloquear” cuentas o espiar mensajes privados es ilegal y puede acarrear penas de hasta un año de cárcel para civiles, y hasta tres años si el infractor es funcionario.
En Montenegro, desde la entrada en vigor de la Ley de Actividad Detective en 2019, no se ha emitido ningún permiso oficial. Por lo tanto, cualquier que se presente como detective y ofrezca espiar o sacar mensajes privados actúa fuera de la ley y es responsable de fraude, acceso ilegal a sistemas informáticos y violación de privacidad.
En Reino Unido, donde la privacidad digital es protegida rigurosamente por leyes como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), estas prácticas también son perseguibles. La Policía recomienda no pagar a estos supuestos investigadores y denunciar de inmediato ante las autoridades.
Los falsos detectives suelen cobrar entre 50 y 100 euros y desaparecen con el dinero, dejando a sus víctimas sin la información prometida. A menudo entregan solo fragmentos de conversaciones o nada en absoluto antes de bloquear todo contacto.
Mihailović alertó que quienes aceptan estos servicios arriesgan no solo perder dinero, sino también cargos penales si saben que la actividad es ilegal.
El consejo para el público es mantener alta la guardia contra estos anuncios, proteger cuentas con autenticación en dos pasos, usar contraseñas fuertes, y reportar cualquier contacto sospechoso a la policía.
Las autoridades recuerdan que los detectives legales solo pueden operar dentro de estrictos límites legales, recolectando datos públicos, observando en lugares públicos y manteniéndose bajo supervisión oficial. No pueden interceptar ni acceder a comunicaciones digitales privadas.
Este fenómeno es un recordatorio urgente de los riesgos en la era digital y la importancia de la protección de datos personales ante fraudes y crímenes cibernéticos.
