La próxima primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, podría disparar el coste de la deuda japonesa y arrastrar al alza los intereses de bonos en Reino Unido y Estados Unidos, según advirtió este lunes Goldman Sachs.
Takaichi, líder del Partido Liberal Democrático y admiradora de Margaret Thatcher, ganó la carrera por el liderazgo de su partido con un programa fiscal expansivo que promete ayudas y rebajas de impuestos para frenar la crisis del coste de vida. Ese enfoque, según los expertos de Goldman, impulsaría la rentabilidad de los bonos a largo plazo japoneses (JGB) y generaría «riesgos al alza» para el mercado global de deuda.
La firma concretó que un aumento inicial de entre 10 y 15 puntos básicos en el rendimiento de los bonos a 30 años en Japón es plausible, con potencial para subir más si el mercado ajusta sus expectativas sobre posibles subidas de tipos por parte del Banco de Japón. Este efecto podría traducirse en un incremento de hasta tres puntos básicos en los costes de financiación del gobierno británico, presionando a la ministra de Hacienda Rachel Reeves justo antes de presentar el crucial presupuesto de otoño.
El mercado ya ha reaccionado. Mientras la yen y los bonos a corto plazo caían ante la expectativa de una política monetaria más acomodaticia en Tokio, los bonos a largo plazo retrocedían por miedo al gasto excesivo. En Reino Unido, el rendimiento de los bonos a 30 años subió más de seis puntos básicos tras el impacto en mercados secundarios de Francia y Japón.
Goldman Sachs apunta que aunque no se esperan inyecciones inmediatas de gasto público, «la dirección podría inclinarse hacia una expansión fiscal gradual», manteniendo elevados los rendimientos a largo plazo en un momento donde la demanda ya es débil.
La llegada de Takaichi también ha impulsado el índice bursátil Nikkei 225, que cerró con una subida del 4,75%, en medio del denominado «trade Takaichi». El mercado supone que las nuevas políticas podrían combinar estímulos fiscales con políticas industriales y una postura de estímulo monetario.
Para Reino Unido, esto complica el escenario. La Oficina para Responsabilidad Presupuestaria (OBR) debe incorporar estos factores en sus previsiones que definen cuánto margen tiene Rachel Reeves para equilibrar las cuentas, justo cuando se espera que anuncie alrededor de £30.000 millones en subidas de impuestos el próximo mes.
La amenaza es clara: una deuda japonesa más cara podría encarecer la financiación a largo plazo para Londres y Washington en un momento crítico para sus políticas fiscales y económicas.
