John Bolton, exasesor de seguridad nacional del expresidente Donald Trump, fue acusado formalmente este jueves por mantener documentos clasificados en su casa y compartir notas secretas con familiares.
La acusación federal, presentada en un tribunal de Greenbelt, Maryland, consta de 18 cargos y incluye la revelación de que correos del exfuncionario fueron hackeados por agentes presuntamente vinculados al régimen iraní, quienes accedieron a información sensible.
Bolton, conocido por sus posturas agresivas en política exterior y por su libro crítico contra Trump, fue blanco de una pesquisa años antes de que el expresidente regresara al poder en 2024. Las autoridades aseguran que entre 2018 y este agosto, compartió más de 1.000 páginas con sus familiares, poniendo en riesgo secretos de Estado.
Un representante de Bolton informó al FBI en 2021 sobre el hackeo, pero no detalló que se habían compartido datos clasificados ni que estaban en manos de espías extranjeros, según el Departamento de Justicia.
El caso es el tercer proceso reciente contra adversarios de Trump y ha reavivado el debate sobre si el Ejecutivo está utilizando la justicia para perseguir enemigos políticos, mientras protege a aliados.
“Ahora, soy el último objetivo en la criminalización de los rivales de Trump con cargos manipulados o antes rechazados”, dijo Bolton este jueves, negando las acusaciones y denunciando una “intensa campaña” para intimidar a sus críticos.
A diferencia de los otros casos recientes firmados por fiscales temporales, esta acusación fue presentada por fiscales especializados en seguridad nacional.
La investigación saltó a la luz pública en agosto tras allanamientos en el domicilio y oficina de Bolton, pero llevaba meses en curso y se centra en el peligro que presupone la fuga de secretos a manos de enemigos internacionales y el posible uso político de la causa.
