En París terminó este martes un juicio que ha encendido el debate francés sobre los límites de la libertad de expresión y el acoso en redes sociales. Diez personas están acusadas de ciberacoso contra Brigitte Macron, esposa del presidente francés Emmanuel Macron, por difundir durante años una falsa teoría que dice que ella nació hombre y es en realidad su hermano Jean-Michel Trogneux.
Las acusaciones incluyen mensajes sexistas y transfóbicos difundidos en Twitter y otras plataformas desde 2017, especialmente en círculos de extrema derecha y grupos conspirativos en Francia y más allá. La mayoría de los imputados defienden que sus publicaciones eran sátiras o bromas sin intención dañina, minimizando su alcance y el impacto real.
Aurélien Poirson-Atlan, conocido en redes como Zoé Sagan, se declaró víctima de un “ciberacoso inverso” y alegó que su derecho a la sátira está protegido por la libertad de expresión. Su abogado calificó el juicio como “un juicio ejemplar”.
Por su parte, otros detenidos, algunos con pocos seguidores, justificaron sus mensajes como análisis de “hechos e imágenes” o como humor al estilo del satírico Charlie Hebdo. Uno incluso leyó en la audiencia un tuit que relacionaba la pareja presidencial con la palabra “pedofilia”, refiriéndose a la diferencia de edad entre Emmanuel y Brigitte Macron.
Brigitte Macron no asistió al juicio pero estuvo representada por su equipo legal. En una declaración oficial leída en la sala, describió los ataques como “odiosos” y destacó el “profundo impacto” que han tenido en ella y su familia. Su hija menor, Tiphaine Auzière, también abogada, testificó ante el tribunal y describió el grave deterioro en la salud mental y física de su madre causado por el “torbellino constante de mensajes” abusivos.
“No podía ignorar los horrores que se decían sobre ella, la vigila permanentemente y cualquier aparición pública teme ser distorsionada o ridiculizada”, dijo Auzière.
Los fiscales identificaron a tres presuntos “instigadores” que generaron la mayor parte del contenido viral y siete “seguidores” que compartieron los mensajes. Solicitan penas de prisión en suspenso de entre tres y doce meses y multas de hasta 8.000 euros para nueve de los sospechosos, con la sanción más dura para Poirson-Atlan.
El equipo legal de Brigitte Macron pidió además 15.000 euros en concepto de daños y perjuicios y subrayó que “la libertad de expresión no es ilimitada” y que el “derecho al humor no lo justifica todo”.
Este caso también coincide con una demanda por difamación en Estados Unidos contra la comentarista ultraderechista Candace Owens, acusada de amplificar la misma falsedad en su serie “Becoming Brigitte”. Los abogados de Brigitte Macron advirtieron que no descartan nuevas acciones legales por futuros ataques en internet.
El veredicto del juicio se espera para el próximo 5 de enero de 2026. Esta causa prueba la delicada línea entre la crítica política, el humor y la persecución online en la Europa contemporánea.


































