La policía de Australia del Sur anunció que reducirá la búsqueda del niño de cuatro años, Gus Lamont, desaparecido desde el sábado pasado cerca del remoto homestead donde vivía con sus abuelos, a unos 40 kilómetros al sur de Yunta, en el árido Outback del noreste de Adelaide.
El comisionado asistente Ian Parrott confirmó este viernes que, tras una de las mayores operaciones de rescate en la historia del estado, aún no se ha encontrado ningún indicio concreto sobre el paradero del niño. “Es poco probable que encontremos a Gus con vida”, declaró en una rueda de prensa dolorosa para todos.
El operativo involucró a cientos de efectivos que peinaron el terreno rojo y la vegetación, pero sólo hallaron una huella que podría coincidir con las botas que llevaba Gus el día que desapareció. Sin embargo, las autoridades reconocen que esa pista no ha llevado a ningún avance real.
El pequeño fue visto por última vez vistiendo un sombrero gris de ala ancha, una camisa azul con la imagen de un personaje de Minions, pantalones grises claros y botas, cuando salió de la propiedad familiar sin que nadie pudiera detenerlo.
El superintendente Mark Syrus señaló que aunque Gus suele quedarse cerca de casa, la naturaleza aventurera y la imprevisibilidad de un niño de cuatro años complican el caso. La policía también descartó la hipótesis de secuestro: la zona sólo es transitada por dueños de estaciones ganaderas y no hay indicios de personas extrañas.
Un vecino local alertó sobre los riesgos de la zona, donde hay pozos y minas antiguas sin señalizar que podrían ser mortales para un niño pequeño. Estas excavaciones, vestigios de la fiebre del oro y la ganadería, siguen siendo peligrosas y muchas veces invisibles incluso para adultos.
La familia de Gus, devastada, pidió privacidad mientras continúa la búsqueda. “Estamos luchando por comprender lo que ha pasado y deseamos con todo el corazón traer a Gus de vuelta”, dijo un amigo de la familia en un comunicado.
La policía ya ha informado a la familia de la difícil realidad y, a partir de ahora, el caso pasará de una búsqueda de rescate a una investigación criminal para encontrar respuestas. “No vamos a descansar hasta descubrir qué pasó con Gus y, si es posible, devolverlo a sus seres queridos”, aseguró Parrott.
