La policía de Londres ha extraído 20 patinetes eléctricos del río Támesis, una operación que demuestra la creciente problemática de estos dispositivos abandonados en vías públicas y cuerpos de agua.
El equipo de buceo de la policía capitalina coordinó con las compañías de alquiler Bird y Lime para usar las coordenadas GPS de los patinetes y localizarlos con precisión en el cauce del río. La recuperación se llevó a cabo ante el riesgo que estos aparatos representan para los buzos y las operaciones de rescate en el agua.
“Estos dispositivos representan un peligro real para nuestros equipos bajo el agua si se enganchan con las líneas o el equipo”, dijo un portavoz de la unidad de buceo.
Londres no es el único lugar con este problema. En ciudades como Austin o Oakland en Estados Unidos, cientos de patinetes han sido recuperados de lagos y ríos. El modelo sin anclaje que permite dejar los patinetes en cualquier sitio multiplica las posibilidades de que acaben arrojados al agua.
La contaminación ambiental aparece como una preocupación importante. Las baterías de iones de litio dentro de los patinetes, al estar en contacto prolongado con el agua, pueden degradarse y liberar sustancias tóxicas al ecosistema acuático.
Las autoridades londinenses aseguran que continuarán las operaciones para limpiar las zonas afectadas y colaborarán con las empresas tecnológicas para mitigar el impacto de estos dispositivos en el entorno. Sin embargo, queda en el aire si esta será una tarea recurrente dada la popularidad y el mal uso de los patinetes eléctricos.


































