La oposición Labour en Escocia ha lanzado una dura crítica contra el Gobierno SNP tras conocerse que pacientes esperan hasta ocho años para cirugías en el NHS escocés. Las cifras oficiales, obtenidas vía Ley de Libertad de Información, muestran esperas récord de 2.952 días (más de ocho años) para cirugía plástica y casi siete años (2.495 días) en otorrinolaringología.
Otros atrasos alarmantes afectan a cirugía general, con más de seis años, y pediatría, con más de cinco años y medio de espera para un solo procedimiento hospitalario. Aunque la mediana de espera para tratamientos hospitalarios es 63 días, 1.440 pacientes llevaban más de tres años esperando al 30 de junio, según datos recientemente publicados.
Jackie Baillie, vice líder del Labour escocés, calificó la situación de “escándalo”.
“Personas están atrapadas años en el limbo esperando tratamientos cruciales, incluyendo niños que pierden su infancia por falta de cirugías”, afirmó. “Los principios fundacionales del NHS, un servicio gratuito y accesible, están siendo dañados por la gestión del SNP.”
Baillie advirtió que el NHS no sobrevivirá otro mandato del SNP y prometió que, bajo un gobierno Labour, se usarán “todos los recursos para afrontar esta emergencia en listas de espera y garantizar atención rápida para todos los escoceses”.
Desde el Ejecutivo liderado por el SNP, el secretario de Salud Neil Gray defendió los avances.
“Estamos enfocados en reducir las listas y aumentando el número de médicos de familia. Este año invertimos más de £110 millones para acelerar las cirugías, con fondos dedicados a otorrinolaringología (£9,4 millones), ginecología (£8,8 millones) y cirugía general (£5 millones).”
Gray también subrayó las dificultades con las políticas migratorias del Reino Unido, que han reducido en un 88% los visados para trabajadores sanitarios extranjeros en puestos de cuidado personal, complicando aún más la contratación en el NHS.
Los nuevos datos actualizados serán publicados esta semana, mientras la presión política crece sobre el devenir del sistema público de salud en Escocia, en pleno debate por el futuro del NHS bajo el Gobierno nacionalista.

































