La líder del South Cambridgeshire District Council, Bridget Smith, dijo que no pedirá disculpas por implantar la semana laboral de cuatro días, defendiendo que ha traído mejoras al consejo.
La medida, que empezó en 2023 con los empleados de oficina y luego se extendió a servicios como la recolección de residuos, permite a los trabajadores mantener su salario completo trabajando menos horas, pero con la misma carga laboral. El objetivo fue mejorar la contratación y retener personal.
A pesar de que en julio la mayoría del consejo votó a favor de hacer la semana de cuatro días permanente tras considerar que el experimento superó expectativas, los grupos de oposición, encabezados por Heather Williams, líder del grupo conservador, han criticado la falta de consulta y mandato previo.
En la sesión plenaria del jueves 2 de octubre, Williams presentó una moción pidiendo que el gabinete se disculpara por la decisión tomada sin informar ni consultar a los ciudadanos durante las elecciones locales de 2022.
“Incluso simpatizantes de la semana de cuatro días están molestos por cómo se gestionó, hubo años sin votación ni consulta,” explicó Williams.
Williams argumentó que el proceso provocó una ruptura de confianza, situando al consejo como uno de los menos fiables en Cambridgeshire y Peterborough, con datos que indican solo un 9% de satisfacción fuerte con los servicios y solo un 4% que confía en que el consejo decide en el mejor interés de la comunidad.
Por el contrario, Smith defendió que la medida ha reducido costes, mejorado la plantilla y aumentado la eficiencia.
“¿Para qué pedir disculpas por ahorrar dinero a los contribuyentes, mejorar la contratación y tener un equipo premiado reconocido a nivel nacional?” aseguró Smith.
Smith resaltó que la semana laboral fue basada en datos y que el tema no fue uno de los asuntos que preocupó a los votantes en las últimas elecciones.
La moción para exigir disculpas fue rechazada con 16 votos en contra y siete a favor, dejando abierta la polémica sobre la confianza ciudadana y la gestión del consejo en South Cambridgeshire.
La discusión marca un foco de tensión política local en un momento en que los gobiernos en el Reino Unido enfrentan presión por la calidad de los servicios públicos y la relación con sus electores.
