Andrea Egan, candidata para convertirse en secretaria general de Unison, una de las mayores uniones sindicales del Reino Unido, lanzó este lunes una advertencia directa a los diputados del Partido Laborista: no habrá más “cheques en blanco” si no defienden a los trabajadores públicos.
Egan señaló que, durante el mandato de Keir Starmer, el partido no solo ha fallado a la clase trabajadora, sino que ha atacado sus derechos y condiciones laborales con recortes y políticas que, según ella, suponen una traición.
Su candidatura enfrenta a la actual secretaria general Christina McAnea, aliada clara de Starmer, y cuenta con el respaldo de miembros base molestos por la supuesta “subordinación” del sindicato a Labour. Egan propone revisar, incluso romper, los lazos con el partido si se mantiene esta dirección.
“No vamos a dar más apoyo automático cuando los laboristas atacan a los trabajadores”
Egan denunció además que el liderazgo actual impone sus decisiones sin consultar a la base. En un ejemplo claro, criticó la aprobación tajante por parte de un puñado de miembros para respaldar a Bridget Phillipson en su intento fallido por la vice-liderazgo laborista, sin que la mayoría de afiliados tuviera voz.
El gasto del sindicato también está en el punto de mira. Egan recordó que Unison destinó cerca de £1,5 millones al Partido Laborista el año pasado y cuestionó qué retorno recibe la membresía. Advierte que los fondos para campañas políticas no serán automáticos si los laboristas ignoran a los afiliados.
Con un pasado marcado por su suspensión temporal del Partido Laborista tras compartir contenido de una agrupación marxista, Egan se muestra entusiasta con la reciente formación Your Party, impulsada por figuras como Jeremy Corbyn y Zarah Sultana. Sin embargo, aclara que cualquier cambio político debe decidirlo la base del sindicato, no la dirección.
Egan también ha prometido limitar su salario a su sueldo actual como trabajadora social, unos £50,000, donando el resto destinado al cargo a fondos para huelgas y bienestar de los miembros.
La contienda entre Egan y McAnea reflejará la creciente tensión dentro de los sindicatos británicos sobre la relación con Labour y el papel que deben jugar en la defensa de los derechos laborales, frente a un liderazgo político que muchos reclaman ha olvidado a sus bases.


































