Los viejos cómics de los años 60 y 70 están dejando de ser simples recuerdos para convertirse en auténticas fortunas en Reino Unido. Algunas ediciones raras de ese periodo alcanzan valores de hasta £4,800, según un informe de DocuCopies.com.
Entre los ejemplares más valiosos destacan los primeros cómics que presentaron superhéroes icónicos como Spider-Man, Iron Man, Wolverine y Thor. Aunque no llegan a las cifras millonarias de cómics como Action Comics No. 1 de 1938, vendido por £4.8 millones, ni al último cómic de Batman que superó las £450,000 en subasta, estas joyas sí multiplican su valor original desde unos pocos peniques o céntimos hasta miles de libras.
Por ejemplo, una historieta de Frank Castle, conocido como “The Punisher”, que en los 70 costaba 20 céntimos, ahora puede alcanzar los £592. Otro ejemplar clave es el cómic de 1966 donde debutó Silver Surfer, valorado en £453. Su introducción fue obra de Jack Kirby, quien lo añadió a la historia sin consultar con Stan Lee.
El regreso de Capitán América a la era moderna, otro momento que marcó el universo Marvel, se refleja en una edición de los 60 que hoy puede valer hasta £771. La primera aparición de Doctor Strange, clave para las tramas sobrenaturales, sale por más de £1,200.
Pero no es sólo Marvel el protagonista. Destacan también cómics que introdujeron a Wolverine, inicialmente pensado como un personaje secundario, y cuyo traje amarillo y azul hicieron célebre una portada valorada en £1,285. Thor y su martillo Mjolnir, así como el primer número de X-Men con personajes como Profesor Xavier y Magneto, tienen valoraciones que superan las £2,500.
Iron Man no se queda atrás, con su primera aparición en un cómic de unos 5 peniques convertido hoy en un tesoro de más de £4,800. Este cómic presenta el origen del héroe con una armadura gris y su rival Wong-Chu, reflejando la era de la Guerra Fría.
Estos títulos son mucho más que nostalgia: son piezas codiciadas que han incrementado su valor exponencialmente y prometen atraer la atención de coleccionistas en toda Europa. Si aún quedan en cajones o bibliotecas, podrían ser una mina de oro.
Por ahora, este fenómeno refleja cómo la cultura pop británica y americana de varias décadas atrás sigue dejando su huella de valor tangible en colecciones privadas. El reto para los poseedores es decidir si vender o guardar estas reliquias.
