El Tribunal de Tráfico de Londres ha registrado un aumento alarmante de menores conduciendo bajo la influencia de drogas y alcohol, situación que dispara los accidentes de tráfico en el Reino Unido.
Entre junio y septiembre de este año se recibieron 715 solicitudes para abrir casos por conducción bajo sustancias psicoactivas, con 328 casos ya resueltos y el resto en proceso, confirmaron fuentes judiciales. La mayoría de los conductores implicados viene bajo los efectos del cannabis y la cocaína, las sustancias más detectadas durante los controles policiales.
Dušan Raspopović, perito judicial con experiencia en adicciones, alertó que el problema no solo afecta a adultos:
“Cada vez hay más menores sin licencia conduciendo y muchos bajo el efecto de drogas sintéticas, opioides y alcohol”
. Añadió que incluso niños de apenas 13 años ya presentan graves problemas de adicción, lo que agrava la inseguridad vial.
La Policía Metropolitana utiliza test rápidos tipo “Dreger” con saliva para detectar consumo de hasta siete tipos diferentes de drogas en minutos. Según las autoridades, se trata de controles que no tienen un límite permitido: cualquiera que dé positivo está al margen de la ley.
La situación es especialmente crítica en zonas urbanas donde estos conductores, muchos sin licencia, provocan accidentes con lesiones graves e incluso muertes. Los peatones, ciclistas y usuarios de vehículos eléctricos también están en riesgo por la conducción negligente bajo sustancias.
El tribunal criticó el actual marco legal por ofrecer sanciones leves, especialmente para conductores jóvenes. Por ejemplo, menores que conducen con hasta 0,3 gramos por kilo de alcohol solo reciben multas económicas sin suspensión de licencia, una medida que el tribunal considera “contraproducente y que podría fomentar la reincidencia”.
Además, se ha detectado un aumento en incidentes causados por conductores extranjeros y temporales, especialmente durante la temporada alta turística, donde el consumo de drogas crece entre diversos colectivos laborales.
Expertos piden reformas urgentes para endurecer las sanciones: suspensión prolongada de licencias, exámenes obligatorios tras incidentes y controles más rígidos para conductores profesionales y taxis. Hasta ahora, las autoridades están limitadas para actuar después del accidente, pero reclaman un enfoque preventivo más contundente.
Comparando con países vecinos, Reino Unido impone multas altas y penas de cárcel para conducción bajo efectos, pero la coordinación con otros países para casos transfronterizos aún está en desarrollo.
Mientras tanto, la Policía advierte a los conductores: cualquier presencia de sustancias psicoactivas afecta la capacidad de manejar y pone en peligro a todos en la vía.
