El mercado de suplementos dirigidos a la salud mental y la función cognitiva está en auge en Europa, con ventas que alcanzan los €940 millones en 2025 solo en Europa Occidental, según datos de Euromonitor. Esto representa el 8,3% del total del mercado de suplementos, impulsado por un aumento en la demanda ligada al estrés y la fatiga crecientes.
Las cifras de Innova Market Insights confirman la tendencia: casi uno de cada cinco lanzamientos de productos incluye reclamos relacionados con el desempeño mental, destacando vitaminas B, omega-3 y minerales como ingredientes líderes en el sector. Estos compuestos son los más confiables para los consumidores y están presentes en todo tipo de alimentos, bebidas y suplementos.
Pero este crecimiento choca con una realidad legal complicada en la Unión Europea y en el Reino Unido, ahora fuera de la UE. La legislación vigente prohíbe casi todos los reclamos relacionados con mejoras en el estado de ánimo, estrés o funciones cognitivas a menos que hayan sido autorizados por la Comisión Europea. Esto afecta directamente a plantas medicinales, probióticos, CBD y hongos funcionales, cuya regulación sigue siendo confusa o suspende su uso en estos contextos.
Katia Merten-Lentz, socia de Food Law Science & Partners, recomienda a las empresas desarrollar “evidencia científica sólida y estrategias legales tempranas para sortear estos obstáculos y poder comunicarse de forma creíble y legal con los consumidores.”
Ciencia todavía con dudas y retos
El estudio de la salud mental y el cerebro es complejo. Según Miguel Toribio-Mateas, neurocientífico en la Universidad de West London, hay factores biológicos y emocionales entrelazados que dificultan medir beneficios claros y sostenidos. La memoria, el enfoque, la motivación y la resiliencia se evalúan con biomarcadores, pruebas digitales y encuestas autoinformadas, pero todavía hay muchas “zonas grises” científicas sin esclarecer con precisión.
El interés académico y privado aumenta, con investigaciones sobre omega-3, flavanoles y vitaminas que apuntan a efectos en la reducción del estrés, la mejora del sueño y la función cognitiva.
Para las compañías en UK se trata de un mercado prometedor pero con riesgos regulatorios importantes. Mientras los consumidores demandan apoyo mental y emocional ante el ritmo de vida actual, marcas y científicos siguen buscando el equilibrio entre innovación y cumplimiento jurídico, con el ojo puesto en futuras autorizaciones que permitan disponer de mensajes claros y creíbles.
