Miles de objetos submarinos no identificados han sido detectados cerca de las costas de Estados Unidos desde 2022, avivando temores sobre posible presencia alienígena o tecnología secreta. Según la base de datos Enigma, más de 9,000 avistamientos de estos OVNIs submarinos, llamados USOs, se han reportado en un radio de 10 millas de las orillas americanas, especialmente cerca de California y Florida.
Estos objetos muestran maniobras que desafían las leyes conocidas de la física acuática: algunos parecen planear en la superficie sin tocar el agua o sumergirse sin salpicaduras. El fenómeno ha desconcertado tanto a aficionados como a oficiales militares.
Tim Gallaudet, exadministrador de la NOAA y almirante retirado, calificó la situación como potencialmente “cambiante para el mundo” y señaló que ingeniería capaz de operar en aire y agua a la vez supera cualquier tecnología conocida. Gallaudet instó a que el Gobierno estadounidense tome las observaciones más en serio y mejorar la vigilancia oceánica.
Por su parte, Tim Burchett, congresista e integrante del comité de supervisión del fenómeno UAP en EEUU, reveló que la Marina ha perseguido estos USOs a velocidades superiores a las de cualquier submarino convencional. Burchett preguntó seriamente si estas embarcaciones provienen de fuentes humanas avanzadas o “no son de este mundo”.
Oficiales mantienen reserva, pero crecen dudas y demandas de transparencia
La Oficina de Resolución de Anomalías (AARO), adscrita al Pentágono, informó en su último reporte que no se ha verificado tecnología extraterrestre ni USOs confirmados, aunque cientos de fenómenos aéreos siguen sin explicación. Insisten en que múltiples casos pueden deberse a fallos en sensores o proyectos clasificados, y piden cautela ante las especulaciones.
Sin embargo, expertos como Gallaudet advierten que la falta de información erosiona la confianza pública. El mar profundo sigue siendo un territorio casi desconocido — “sabemos más sobre Marte que sobre nuestros océanos”, declaró.
El aumento de estos avistamientos, sobre todo cerca de zonas navales sensibles, ha encendido las alarmas en la comunidad de seguridad y científicos que exigen mayor integración de radares, sonares y satélites para garantizar exactitud en las detecciones.
La cuestión queda abierta: ¿son estas naves pruebas de visitantes de otro planeta, prototipos de armas secretas o meros errores naturales? Mientras los gobiernos se mantienen herméticos, los océanos esconden uno de los enigmas más inquietantes del presente.
































