Montenegro consiguió su primera victoria con el seleccionador Mirko Vučinić al derrotar 2-1 a Liechtenstein, un rival considerado el peor del grupo, en un partido que casi termina en sorpresa.
El equipo balcánico estuvo contra las cuerdas al descanso, perdiendo 0-1, pero no perdió la cabeza. El gol de la remontada llegó en el minuto 88 y rompió una racha de cinco partidos sin ganar y cuatro sin marcar. “Esta victoria es vital después de tantos resultados negativos”, afirmó Vučinić tras el encuentro.
“Dijimos que debíamos ser pacientes, las oportunidades llegarían y las debía aprovechar. Tuvimos muchas chances que fallamos por la ansiedad”, agregó el técnico.
El seleccionador destacó que, a pesar de haber puesto a jugadores en posiciones no naturales, el equipo dominó el balón y el ritmo del partido. Montenegro completó 590 pases, con un 83% de acierto (490 precisos). “Jugamos ofensivamente con cinco atacantes, pero no les dejamos cruzar la mitad del campo”, dijo.
Vučinić también fue crítico con los errores tontos, especialmente el gol rival recibido al inicio. “No podemos permitirnos esas fallas, pueden costarnos caro. Esta victoria no es la salida del túnel, sólo le pusimos una tirita a una herida que sigue abierta”.
El héroe del partido fue Viktor Đukanović, quien entró y cambió el ritmo con un gol clave. Pero el técnico puntualizó que un solo jugador no hace equipo: “Destaco también a Bajović, que jugó como central pese a no ser su posición, y a Kostić, que aunque erró oportunidades, mostró voluntad”.
El sistema con tres centrales le permitió a Montenegro atacar con más espacios, pero también asumió riesgos que casi les cuestan caro. El técnico no dudó en explicar que la fórmula con dos delanteros puede ser peligrosa contra rivales más fuertes.
Ni el público ni el equipo tuvieron un arranque fácil al recibir abucheos en la previa del descanso. “Eso es parte del juego, nos hace falta transformarlo en energía positiva”, indicó Vučinić, subrayando el compromiso y la entrega de sus jugadores.
En su turno, el seleccionador de Liechtenstein, Konrad Finfstik, lamentó el resultado pero valoró la actuación de su equipo tras un viaje largo desde Kazajistán y los problemas de plantilla: “Queríamos al menos un empate, pero estoy orgulloso por la actitud”.
Montenegro ahora debe seguir trabajando con humildad y esfuerzo para levantar cabeza en un grupo duro. La victoria ha llegado, pero el camino todavía es largo y exigente.
