John Edwards, uno de los últimos grandes escritor-reporteros de Fleet Street, ha fallecido a los 91 años, según informó el Daily Mail. Durante casi seis décadas cubrió conflictos, juicios y eventos internacionales siempre desde primera línea.
Edwards empezó su carrera con solo 15 años en el West Wales Guardian. Trabajó luego en el Liverpool Echo, pasó a relaciones públicas y se unió al Daily Mirror en 1960. En 1971 llegó al Daily Mail, donde se consolidó como una figura clave del periodismo impreso.
Su cobertura de la caída de Saigón y el final de la guerra de Vietnam le valió los premios Reporter of the Year y What the Papers Say Journalist of the Year en 1976. Fue conocido por un estilo directo, sin tecnología moderna, usando solo su cuaderno y un bolígrafo.
Uno de sus episodios más recordados fue en 1980, cuando se infiltró en la boda del dictador haitiano Jean-Claude ‘Baby Doc’ Duvalier haciéndose pasar por el pastelero. Su capacidad para entrar en el centro de la noticia distinguió su carrera.
Paul Dacre, entonces editor del Daily Mail, destacó: “John no era un reportero de oficina. Para él, las palabras eran tan sagradas como los hechos. Pintaba con su prosa un cuadro que capturaba el ánimo de cada evento”.
“Todos en la escuela de periodismo en los 70 querían ser John Edwards” – Stephen Wright, compañero periodista
Además de guerra y política, cubrió pruebas criminales emblemáticas y tragedias nacionales, como el juicio a Rose West y el atentado de Omagh. Sus colegas recuerdan a un periodista impecable, humilde y lleno de energía creativa.
En una época dominada por los medios impresos leídos por millones, Edwards fue un referente para explicar eventos complejos de forma clara y cautivadora, sin dependencia de tecnologías actuales. Su legado es un testimonio del periodismo tradicional en su mejor expresión.
John Edwards deja atrás una vida marcada por la búsqueda constante de la verdad en el corazón de la noticia. Su muerte marca el fin de una era para el periodismo británico.
