Un paciente en hospicio en Reino Unido denuncia fuertes dolores musculares y articulares que limitan hasta tareas básicas como ducharse, pese a analgésicos al máximo permitido. La movilidad es un quebradero de cabeza diario, incluso sentarse en el sillón reclinable provoca intensos dolores.
Las piernas presentan una hinchazón severa que lleva meses con medias de compresión sin éxito. Hace una semana el dolor en las extremidades fue tan intenso que debió iniciarse un tratamiento con diuréticos para eliminar el exceso de líquidos. Este tratamiento implica múltiples visitas nocturnas al baño y equilibrios delicados debido a un ingreso hospitalario reciente por deshidratación.
La falta de apetito es otro problema grave, con dolor constante que anula las ganas de comer o beber, necesidad que los cuidadores controlan rutinariamente para evitar complicaciones.
Oxígeno mejora el descanso nocturno
Un aspecto positivo llegó con la introducción de un concentrador de oxígeno en casa. No había diagnóstico previo de falta crónica de oxígeno, pero episodios de baja saturación y sensación de ahogo nocturno afectaban el sueño. El paciente reportó niveles de oxígeno en sangre de 91%, borderline pero preocupante.
El médico no había recomendado oxígeno antes porque no era estrictamente necesario, pero en hospicio la prioridad es la comodidad. Desde que usa oxígeno, las interrupciones para respirar mejor han disminuido y el descanso es mucho más profundo.
El equipo incluye un concentrador conectado a la red eléctrica y una botella de alta presión para cortes de luz, aunque no se prevé su uso. No se usa equipo portátil porque el paciente no sale de casa. El uso está enfocado en pasar noches más tranquilas y disminuir la agitación respiratoria.
La experiencia subraya la complejidad de cuidados paliativos domiciliarios, donde controlar el dolor, mantener hidratación y asegurar descanso son retos constantes en un cuadro delicado.
El paciente compartió estas anotaciones para ayudar a otros en situaciones similares, destacando que no todos los días son crisis pero la lucha con el malestar sigue sin tregua.
