Un nuevo libro colectivo analiza sin rodeos el futuro de la ocupación israelí en Palestina tras la devastación en Gaza y apunta a escenarios sombríos que ya están en marcha.
Los ensayos rompen con el debate estancado entre soluciones idealistas y evidencian que la ocupación no solo continúa sino que avanza hacia una anexión formal, con estructura administrativa, presupuestos y leyes específicas, según destaca el investigador Gil Murciano. La era de la “anexión gradual” ha acabado: es un proceso activo y organizado.
El documento identifica como clave la incapacidad y pérdida de legitimidad de la Autoridad Palestina. Mouin Rabbani la describe como un aparato clientelar y represivo, incapaz de liderar una resistencia creíble, mientras que Abdalhadi Alijla contextualiza a Hamas como una fuerza atrapada entre un liderazgo cuestionado y un israelí que aplica castigos colectivos.
Cuatro escenarios plantean desde una anexión acelerada hasta una escalada violenta con resistencia palestina y mayores tensiones regionales. Todos sin esperanza inmediata. La situación actual, con la destrucción de Gaza, solo ha fijado un nuevo umbral para el sufrimiento y la represión.
Presiones regionales y bloqueos diplomáticos
El análisis regional desmonta varios mitos. En Egipto, el régimen de Al-Sisi priorizó la supervivencia política con apoyo indirecto a Israel en seguridad y economía, bloqueando un éxodo masivo desde Gaza pero sin influir realmente en la guerra. Arabia Saudí busca marginar a Hamas financiando a la Autoridad Palestina, mientras Hezbollah modera su rol por miedo a una escalada directa con Israel, indican los ensayos.
Irán se mueve con cautela, usando proxies y evitando un choque abierto, y la normalización Israel-Arabia Saudí sigue lejos tras las rupturas provocadas por el conflicto en Gaza.
Los autores finales llaman a elevar el costo político y económico de la anexión, aprovechando presiones sociales y sanciones en sectores vinculados con los asentamientos, y a construir un diálogo largo que conecte actores palestinos y regionales sin depender de procesos diplomáticos formales que están estancados.
El libro destaca la urgencia de regenerar la representación palestina con medidas prácticas más allá de discursos, apuntando a reformas internas y mayor inclusión de la diáspora.
Este análisis es una llamada a no esperar milagros ni soluciones rápidas. La ocupación ha dejado de ser solo una política frente a la comunidad internacional: es un programa institucionalizado con impacto directo sobre la vida cotidiana y la supervivencia de los palestinos.
Para lectores en el Reino Unido interesados en Oriente Medio, estos hallazgos explican por qué el conflicto sigue sin visos de reconciliación y cómo cada actor regional y global enfrenta sus propios límites y presiones internas al manejar esta crisis.
El libro está disponible en acceso abierto y ofrece un marco riguroso para entender los próximos cinco a diez años en Palestina sin distorsiones ni eufemismos.


































