Bridget Phillipson, la secretaria de Educación del gobierno laborista, fue duramente criticada en la Cámara de los Comunes tras anunciar que todos los alumnos de primaria recibirán clases obligatorias de “ciudadanía”, con contenidos sobre cambio climático y alfabetización mediática.
La medida forma parte de una revisión curricular integral que elimina el controvertido English Baccalaureate (EBacc), reduce la duración de los exámenes GCSE y simplifica la enseñanza de gramática en primaria. El objetivo declarado es ampliar el currículo hacia una educación más “rica y diversa”.
Pero la oposición no tardó en reaccionar. Laura Trott, portavoz educativa del Partido Conservador, arremetió en la cámara:
“Está claro que se sacrificarán las materias básicas – lectoescritura y matemáticas – para dar paso a una agenda política disfrazada de educación.”
Trott insistió en que introducir temas como conspiraciones en internet o el cambio climático en infantil pondrá en riesgo la movilidad social, pues muchas escuelas ya luchan por cumplir con los objetivos fundamentales en lectura y cálculo.
Munira Wilson, del Partido Liberal Demócrata, se sumó a las críticas señalando las dudas sobre cómo los colegios podrán “proteger tiempo para otras asignaturas” con la incorporación también de un nuevo “derecho a enriquecimiento” que incluye deportes y actividades al aire libre.
Estas reformas siguen el informe encargado por el propio Partido Laborista, dirigido por la profesora Becky Francis, aunque la oposición denuncia un “ablandamiento” del currículo y un retroceso educativo. El fin del EBacc, que obliga a estudiar lengua extranjera e historia además de asignaturas centrales, inquieta especialmente a los conservadores.
En respuesta, Phillipson defendió a capa y espada la reforma diciendo que su gobierno aspira a “mantener elevados estándares académicos” al tiempo que garantiza un currículo “más amplio para todos los niños”. Recordó además su propio pasado académico en historia y francés en Oxford para responder a quienes critican la desaparición del EBacc.
Cambios en música y evaluación escolar
Entre las novedades, destaca también la reforma del sistema de evaluación Progress 8, que valorará más las asignaturas de ciencias y alentará la inclusión de materias creativas. El cambio chocará con la recomendación contraria del informe Francis.
En el ámbito artístico, el cantante Ed Sheeran celebró un cambio en la enseñanza de música, impulsado tras una carta que él envió al gobierno. Los alumnos podrán elegir evaluaciones alternativas incluyendo tecnología o voz, buscando diversificar el currículo musical y hacer la materia más atractiva.
Sheeran aseguró que los cambios suponen “una oportunidad para que los jóvenes estudien música y arte sin restricciones antiguas”, en un guiño al desánimo provocado por el EBacc en la matrícula de asignaturas artísticas.
Las reformas serán sometidas a consulta pública y se aplicarán a partir de 2028, pero quedan varios meses de debate intenso. Por ahora, Phillipson se enfrenta a una ofensiva política fuerte que acusa a su ministerio de poner el discurso medioambiental y la “educación para la ciudadanía” por encima de las competencias básicas que, según la oposición, deberían ser la prioridad absoluta en las escuelas del Reino Unido.


































