Labour sufrió una humillante derrota en la histórica elección parcial de Caerphilly, que perdió tras décadas de dominio desde la creación del Senedd galés.
Plaid Cymru logró un fuerte repunte y ganó el escaño con 47,4% del voto gracias a Lindsay Whittle, su candidato veterano, mientras Labour cayó abruptamente al tercer puesto, con un desplome de casi 35% en su apoyo desde 2021.
Reform UK sorprendió al quedar segundo y aumentar su voto en un 34,2%, posición celebrada por Nigel Farage como la antesala de una batalla directa con Plaid Cymru en las elecciones al Senedd que se celebran el próximo mayo.
El resultado confirmó la grave crisis que atraviesa Labour en Gales. La oposición no dudó en afirmar que Labour “está muerto” en tierra galesa, una frase que resuena fuerte tras perder un bastión histórico.
El portavoz del Primer Ministro Rishi Sunak comentó que “las elecciones parciales siempre son difíciles para los gobiernos en el poder” y aseguró que el Gobierno del Reino Unido seguirá trabajando para mejorar la vida de los trabajadores en Gales.
“Entendemos que la gente está decepcionada. Estamos decididos a avanzar más rápido y a entregar resultados para los ciudadanos en Gales y el conjunto del Reino Unido”, dijo el portavoz.
Por su parte, la primera ministra galesa Eluned Morgan admitió que el partido tomó su parte de responsabilidad y reconoció el descontento palpable entre los votantes en Caerphilly.
“Este resultado nos enseña que la gente quiere cambios más rápidos en sus vidas. Estamos escuchando, aprendiendo y volveremos más fuertes”, afirmó Morgan tras felicitar a Whittle.
En números, Labour pasó de 13,289 votos en 2021 a menos de 9,000 en esta elección. Mientras tanto, Plaid Cymru aumentó su votación en casi un 20%, reafirmándose como fuerza dominante en la región.
El candidato de Reform UK, Llyr Powell, reconoció estar personalmente decepcionado, pero destacó que la progresión muestra que su partido está mejor preparado para desafiar en mayo.
Los líderes de Plaid Cymru y Reform UK, Rhun ap Iorwerth y Nigel Farage respectivamente, ya han puesto la vista en el próximo Senedd, apostando a un duelo “de dos caballos” con Labour fuera de la pelea.
La derrota representa un duro revés para el líder laborista Keir Starmer, que aún no se ha pronunciado públicamente sobre el resultado, mientras el partido reevalúa su estrategia en Gales para evitar más pérdidas.


































