Las fugas de gas en los frigoríficos están afectando a muchos hogares en Reino Unido, provocando un mal enfriamiento y aumentando significativamente la factura eléctrica. Expertos advierten que este problema puede tener varias causas principales y que su detección a tiempo es clave para evitar gastos extras.
Una de las razones más comunes es la corrosión de las bobinas internas del frigorífico, hechas de cobre o aluminio. La humedad con el tiempo genera pequeñas perforaciones en estas bobinas que permiten la fuga del gas refrigerante.
Otro foco de fallo está en los sellos del compresor. Estos sellos, esenciales para mantener el gas dentro del sistema, se pueden aflojar con el uso y la edad del equipo, dejando escapar poco a poco el gas que enfría el interior.
Además, las reparaciones mal hechas son una causa frecuente de fugas. El reemplazo o ajuste incorrecto de las piezas por técnicos no cualificados puede generar conexiones mal selladas y permitir la pérdida de gas. Por eso, especialistas recomiendan siempre recurrir a profesionales certificados.
El efecto directo para el consumidor es el peor enfriamiento, que no sólo arruina la conservación de alimentos, sino que también fuerza al compresor a trabajar más y consumir más electricidad. Esto se traduce en facturas más altas y un desgaste acelerado del electrodoméstico.
En Reino Unido, donde el uso del frigorífico es constante durante todo el año, este problema es especialmente crítico. Las autoridades y servicios técnicos llaman a revisar regularmente el estado del aparato y a actuar rápido si las temperaturas internas suben sin razón aparente.
Mantener las bobinas limpias y sin corrosión, revisar los sellos del compresor y elegir siempre técnicos con experiencia son pasos clave para evitar fugas de gas y garantizar un funcionamiento óptimo.
Con los precios de la energía en alza en el Reino Unido, evitar un gasto extra por una simple fuga en el frigorífico es un consejo que deben tomar todos los consumidores.


































