El presidente ruso Vladimir Putin planea un encuentro con Donald Trump en Budapest pero su viaje enfrenta obstáculos clave.
Su avión presidencial Il-96 no puede volar por el espacio aéreo de la Unión Europea ni Estados Unidos debido a sanciones. Para llegar a Hungría, país miembro de la UE y OTAN, Putin tendrá que asegurar permisos especiales de varios países.
La ruta probable lo llevaría sobrevolando Turquía, la costa sur de Grecia y Montenegro antes de ingresar a Serbia y finalmente Hungría. Esta vuelta larga evita Ucrania y Polonia, cuyos gobiernos mantienen tensas relaciones con Moscú.
Hungría, el aliado más cercano de Putin dentro de la UE, ya se ha comprometido a facilitar la entrada y salida del presidente ruso. El primer ministro Viktor Orbán confirmó que trabajan en los preparativos y reforzó su respaldo pese a la presión de Bruselas.
“Por supuesto, garantizaremos que pueda entrar a Hungría, mantener exitosas conversaciones y regresar a casa”, aseguró el ministro húngaro de Exteriores, Peter Szijjarto.
La Unión Europea mantiene bloqueadas las propiedades de Putin y acusa a Rusia de crímenes de guerra, pero no prohíbe expresamente sus viajes. La Comisión Europea recordó que los países miembros pueden decidir excepciones caso por caso para vuelos oficiales.
Serbia, no miembro de la UE pero candidato a entrar, también juega un papel crucial ya que permitiría el acceso al espacio aéreo europeo. Su presidente Aleksandar Vučić tiene relaciones amistosas con Putin y Air Serbia opera vuelos directos a Moscú.
Bulgaria y Rumania, ambos miembros de la OTAN y con bases militares estratégicas, no han confirmado ninguna solicitud de sobrevuelo. Rumania enfatizó que no ha recibido una petición oficial y Bulgaria aún no se ha pronunciado.
El viaje presenta riesgos logísticos y políticos, pero podría ser un impulso para Orbán, quien busca posicionarse en la escena internacional antes de sus elecciones anticipadas. Trump, por su parte, ha expresado públicamente su simpatía hacia Putin y Orbán.
El hipotético encuentro llega en medio de la guerra en Ucrania y la escalada de sanciones occidentales a Rusia, que buscan forzar un retorno a negociaciones de paz.
Para Putin, conseguir que el viaje se concrete sin incidentes sería un reto clave en un contexto donde la confrontación con Europa y EE.UU. marca la agenda global.
