Rusia intensificó sus ataques contra Ucrania con más de 650 drones y más de 50 misiles, dejando al menos tres muertos, entre ellos una niña de siete años, y 17 heridos, según autoridades ucranianas.
Los bombardeos, que se concentraron en la región de Zaporizhzhia, en el sur, y en el área central-oeste de Vinnytsia, dañaron seriamente la infraestructura energética clave para el funcionamiento del agua, la calefacción y otros servicios públicos.
Yulia Svyrydenko, primera ministra de Ucrania, denunció estos ataques como “terror energético sistemático” y advirtió que la campaña rusa busca “sumir al país en la oscuridad” antes del invierno.
El gobernador de Vinnytsia, Nataliia Zobolotna, confirmó el fallecimiento de la niña a causa de sus heridas mientras que en Zaporizhzhia fallecieron un hombre rescatado de los escombros y otra persona más. Entre los 17 heridos hay niños de hasta 16 años.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, destacó el volumen sin precedentes del ataque y calificó la ofensiva como un intento desesperado de Moscú para quebrar la resistencia ucraniana afectando directamente a la población civil.
Estos ataques masivos se suman a meses de bombardeos dirigidos a debilitar la moral y limitar la capacidad bélica ucraniana, justo en la antesala de un invierno especialmente complicado.
La European Bank for Reconstruction and Development (EBRD), a través de su presidenta, Odile Renaud-Basso, advirtió que esta escalada impacta la preparación de Ucrania para la temporada invernal. La entidad ha invertido más de €8.3 mil millones desde la invasión total iniciada en febrero de 2022.
El banco trabaja con Naftogaz, la compañía estatal de gas ucraniana, para garantizar reservas suficientes, pero los ataques recientes han complicado estos esfuerzos.
Dos instalaciones de energía en Lviv, cerca de la frontera con Polonia, también sufrieron daños, incrementando la presión sobre las redes en el oeste del país.
“Para detener este terror, Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea, sanciones más duras y máxima presión sobre Rusia”, dijo Svyrydenko.
En Londres y Bruselas, se sigue evaluando cómo aumentar el apoyo a Ucrania ante una campaña que busca agotar la resistencia civil y militar.
Con el invierno a la vuelta de la esquina, la infraestructura civil ucraniana permanece bajo asedio constante mientras Rusia redobla su ofensiva con drones y misiles.

































