Sandra Bojanić, una mujer de 27 años del pequeño pueblo de Dragalj, cerca de Kotor en Montenegro, se ha convertido en el centro de atención en toda la región por su inusual oficio. Leñadora, conductora de camión y descargadora de madera, Sandra se gana la vida con trabajos tradicionalmente masculinos, todo ello siendo su propia jefa.
En una entrevista para la cadena estatal TVCG en el programa “Gledajmo se”, Sandra explicó con claridad y sin rodeos su rutina diaria: “Pico, pelo y cargo madera para seguir adelante. No soporto jefes, por eso trabajo para mí misma”. A pesar de haber estudiado cocina y ser oficialmente cocinera, evita la cocina doméstica: “No, la cocina no es lo mío. Busco un hombre que cocine y limpie”, dijo entre bromas, agregando que prefiere casarse y no que su pareja se case con ella.
Sandra no pierde el buen humor: “Mi futuro novio debe trabajar para no ganarse un castigo”, dijo, demostrando tener carácter y gran sentido del humor. Además, reconoce que aunque disfruta salir, a veces se le hace difícil volver a casa después de la noche.
Pese a su fuerza y valentía, sabe que su trabajo pesado no puede ser eterno. “No es el trabajo ideal para el futuro, desgasta la vida y no durará mucho”, señaló con realismo.
Su historia ha dado la vuelta a los medios en los países vecinos, gracias también al trabajo de la periodista Marija Radulović de TVCG. Su reportaje ganó el segundo premio en el 30º Festival Internacional Interfer de reportajes en Belgrado, compitiendo con más de 300 trabajos de todo el mundo.
La vida de Sandra Bojanić ejemplifica una lucha diferente: rompiendo estereotipos en una región tradicional y mostrando la fortaleza de una mujer independiente que prefiere tomar las riendas de su destino.
