Keir Starmer ha desatado una fuerte polémica en el Reino Unido tras pedir una revisión para ampliar los poderes policiales y limitar las consignas en protestas pro-Palestina.
El primer ministro anunció la medida mientras estaba de misión comercial en India, tras las marchas del 7 de octubre, aniversario de los ataques de Hamas en 2023. El foco está en la frase “From the river to the sea, Palestine will be free”, que la policía ya había calificado de “controversial”.
Starmer pidió a la ministra del Interior, Shabana Mahmood, que evalúe si los cuerpos policiales deberían contar con más herramientas para actuar contra estas expresiones. Según él, es necesario “ir más allá” para evitar la escalada de tensiones comunitarias y el aumento del antisemitismo tras un ataque fatal en una sinagoga de Manchester.
El mensaje ha generado críticas inmediatas de grupos de derechos humanos y activistas que denuncian censura y un posible retroceso en las libertades civiles. Organizaciones como Defend Our Juries acusan al líder laborista de aplicar una «agenda antidemocrática» que restringe la protesta legítima.
En Londres, Edimburgo y Sheffield, miles participaron en manifestaciones estudiantiles que mostraron resistencia a la advertencia del gobierno. Más de 400 personas fueron arrestadas durante el fin de semana por apoyar al grupo Palestine Action, calificado de organización terrorista.
La polémica también toca el balance que intenta mantener el Partido Labour: proteger a las comunidades judías frente a incidentes violentos, sin coartar el derecho a la protesta pública y al debate político.
Expertos legales advierten que el endurecimiento de las normas sobre protestas podría criminalizar organizadores y sancionar manifestaciones repetidas o consideradas “problemáticas” para el orden público, ampliando la discrecionalidad policial.
Las redes sociales han amplificado el debate. En X, medios como @ScotNational alertaron del posible “ataque” a la libertad de expresión a raíz de las medidas anunciadas.
Mientras tanto, organismos civiles alertan sobre una aplicación selectiva de la ley y llaman la atención sobre la situación en Gaza, que sigue con una crisis humanitaria grave, cuestionando las prioridades del gobierno británico.
La revisión que establece Mahmood sobre la legislación actual todavía está en marcha, pero ya enfrenta resistencias fuertes por parte de varios sectores que temen un endurecimiento excesivo de las libertades ciudadanas bajo el pretexto de seguridad.
Por ahora, el mensaje de Starmer deja claro que su agenda de seguridad podría modificar la forma en que se regulan las protestas en el Reino Unido en un contexto altamente polarizado y bajo la lupa internacional.
