Tesla acelera su apuesta por la movilidad autónoma y anuncia un aumento masivo en su flota de robotaxis en Austin (Texas) y el área de la Bahía de San Francisco.
Elon Musk detalló que para finales de 2025 esperan tener 500 vehículos operando en Austin y 1,000 en Bay Area. Actualmente, ambas zonas cuentan con pilotos a pequeña escala, pero la apuesta crece con fuerza.
El dato más relevante: Tesla apunta a eliminar por completo los conductores de seguridad en grandes zonas de Austin antes de que termine el año. Musk declaró en la llamada trimestral que “por dentro de unos meses no habrá conductores de seguridad en partes importantes de Austin” aunque la transición será gradual y bajo monitoreo riguroso.
Esta expansión llega en un momento en el que las tecnologías de conducción autónoma enfrentan dudas regulatorias y competencia. Sin embargo, Tesla acelera su despliegue tras meses de crecimiento pausado y pruebas limitadas. Las pruebas en Austin y Bay Area servirán como termómetro para evaluar la viabilidad real del sistema Full Self-Driving (FSD) de Tesla en entornos urbanos muy activos.
Un despliegue exitoso podría impulsar una adopción más amplia de la conducción autónoma en otras ciudades y cambiar las reglas del transporte urbano en Estados Unidos y más allá, algo que Musk ha defendido como fundamental para el futuro del negocio de Tesla.
De momento, las rutas continuarán bajo estrecha vigilancia. Tesla sumará cientos de autos más este mismo año, dando nuevos datos sobre seguridad y eficacia en la conducción sin intervención humana.
Texas y California siguen siendo laboratorios clave para la tecnología autónoma, en contraste con otras regiones donde la regulación es más estricta. El proceso en Austin será una prueba clave para ver si la eliminación del conductor humano puede ser segura y práctica a escala real.
Para los que siguen el futuro del transporte, estos meses prometen ser decisivos. Tesla no solo busca dominar el vehículo eléctrico, también quiere liderar la era de la conducción autónoma masiva.
