La batalla entre dos teléfonos que podrían definir el futuro del móvil toma fuerza. El Tesla Pi Phone, todavía hipotético, llega con un diseño plegable que abre un panel de 8.0 pulgadas sin pliegues visibles y una pantalla Dynamic AMOLED 2X con un brillo máximo de 3.200 nits. Por su parte, el Xiaomi 17 Pro Max mantiene una línea más tradicional, pero suma una pantalla secundaria de 2.9 pulgadas en la parte trasera pensada para notificaciones y autoretratos de alta calidad con su cámara principal.
La verdadera diferencia va más allá del hardware. Tesla busca crear un ecosistema cerrado pero revolucionario con un sistema operativo propio, XOS, basado en Linux y sin anuncios ni espionaje. La integración con servicios como Starlink garantizaría internet gratuito y global, mientras el asistente virtual Grok conectaría el teléfono con coches Tesla, paneles solares y baterías domésticas.
Xiaomi opta por la estabilidad de Android personalizado y funciones prácticas, incluyendo rumores de llamadas y mensajes vía satélite para ampliar la cobertura, aunque sin llegar a la ambición del Tesla en conectividad global gratuita.
La autonomía también marca contraste. Xiaomi apuesta por una batería colosal de 7.500 mAh, aunque con dudas sobre su rendimiento real. Tesla va con una batería más pequeña, entre 6.499 y 6.897 mAh, pero basada en tecnología de aluminio-ion que prometen hasta tres días de uso y carga ultrarrápida.
Este duelo no es solo tecnología, es un choque de filosofías: la innovación total y privacidad extrema de Tesla frente a una evolución meditada y funciones tangibles de Xiaomi. Ya sea el teléfono que quiera revolucionar nuestra vida digital o uno que perfeccione lo conocido, el público del Reino Unido y el mundo miran con atención quién dará el siguiente paso en la carrera móvil.
