Tom James Company, la filial británica del gigante estadounidense de sastrería a medida, ha iniciado acciones legales contra un ex empleado en Londres por presuntas violaciones a cláusulas de no competencia y confidencialidad.
El demandado, Max Potter, de 28 años y originario de Enfield, trabajaba en ventas y renunció tras comunicar su salida el 12 de marzo de 2025. La empresa alega que en los meses previos a su marcha, Potter ralentizó o dejó inconclusos pedidos, provocando una caída del 131% en unidades vendidas respecto al mismo periodo del año anterior.
Además, Tom James asegura que en junio Potter intentó atraer a un cliente restringido, Patrick Kwak, socio de la firma de abogados Sidley Austin. La sastrería, representada por el bufete Baker McKenzie, solicita que se imponga una orden judicial para evitar que Potter viole el pacto hasta el 23 de junio de 2026.
Potter defiende su posición argumentando que la cláusula de no competencia no debe aplicarse porque las acusaciones son infundadas o engañosas. En su declaración, calificó el caso de “acoso” por parte de Tom James y advirtió que perder el juicio significaría su bancarrota debido a la imposibilidad de pagar altas costas legales y de trabajar hasta 2026.
“Tom James UK intenta aplastarme, no tengo activos ni ahorros y solo quiero seguir en el sector que me apasiona”, dijo Potter.
Su abogado, John Hayes, critica la estrategia de la firma como un choque cultural entre la “corporación estadounidense gigante” y las prácticas laborales del Reino Unido, donde las restricciones de competencia deben justificarse caso por caso. Hayes calificó de desproporcionada la demanda contra Potter, un empleado de nivel medio que no forma parte de la dirección.
Los abogados de Tom James acusan a Potter de difundir en redes sociales una imagen distorsionada de la empresa y remarcan que él aceptó voluntariamente las restricciones contractuales en un acuerdo firmado en septiembre de 2022. Argumentan que al disponer de información confidencial, incluyendo listas de clientes y métodos de venta, su comportamiento genera dudas razonables sobre su intención de cumplir con las obligaciones post-empleo.
Actualmente, la disputa está en una audiencia de medidas cautelares en la Alta Corte de Londres, abierta desde este miércoles y con cierre previsto para el próximo martes. Tom James Company aún no ha emitido comentarios oficiales.
