Un tribunal de Washington DC ordenó a un hombre de 73 años dejar de fumar marihuana en su apartamento tras una demanda presentada por su vecina de 76 años, que alegó que el olor constante la hacía “violentamente enferma”.
Josefa Ippolito–Shepherd, experta en salud pública, explicó que el humo la provocaba náuseas, vómitos, dolores de cabeza y problemas respiratorios cada vez que su vecino Thomas Cackett encendía cannabis. La vecina afirmó que la situación era tan grave que su familia prácticamente dejó de visitarla.
El conflicto comenzó en 2020 y ahora el Tribunal de Apelaciones de DC ratificó que Cackett no puede fumar marihuana en su apartamento ni a menos de 25 pies de la residencia de Ippolito–Shepherd, bajo riesgo de sanciones civiles y penales.
El tribunal rechazó la defensa de Cackett, quien dijo fumar solo unos minutos al día y que lo hacía por motivos médicos para aliviar varias enfermedades crónicas, entre ellas cáncer de piel y hepatitis. Sin embargo, cuestionaron su versión por la frecuencia y cantidad de cannabis inhalado, y dejaron claro que su derecho al “uso y disfrute de la marihuana” no prevalece sobre la convivencia y salud de su vecina.
“Fueron cinco años de pesadilla, no tengo formación legal pero valió la pena”, dijo Ippolito–Shepherd a The Washington Post.
Desde la sentencia inicial en junio, la mujer documentó más de 100 ocasiones en que el acusado siguió fumando, y asegura que lo único que buscaba era “poder respirar aire fresco” dentro de su hogar. La orden judicial es pionera en DC, donde el uso médico es legal desde 2010 y el recreativo desde 2015.
Este caso establece un precedente sobre hasta qué punto el consumo legal de cannabis puede afectar a vecinos y marca un posible camino para demandas similares en todo Estados Unidos.
