El Departamento de Educación de EE.UU. anunció esta semana la reactivación del perdón de deuda estudiantil para prestatarios inscritos en planes específicos de pago basados en ingresos como IBR, PAYE e ICR. La medida, una herencia de la administración Trump, busca avanzar tras presiones legales de la American Federation of Teachers (AFT) por retrasos en la ejecución del programa.
Sin embargo, la reapertura del perdón expone un problema serio: un “fallo oculto” que deja fuera a millones de deudores. Solo quienes estén en esos planes claves podrán perdonar balances tras 20 o 25 años de pagos. Esto afecta a unos 2,5 millones de prestatarios, según el New York Post.
Pero los usuarios de planes recientes o suspendidos, como el SAVE Plan — diseñado para reemplazar gradualmente los antiguos y más favorables planes — no entran en las nuevas reglas por ahora. Además, deudores en planes estándar o con préstamos recientes quedan al margen.
Esto genera una brecha enorme: más de 42 millones de estadounidenses con deuda federal quedan en un limbo. Muchos en trabajos públicos o en situación de forbearance pueden ver que sus pagos no cuentan o quedan registrados con retraso, aumentando la molestia y el riesgo económico.
La AFT ha calificado esta situación como una “traición” a las expectativas de los millones que confiaban en el programa. Además, la fecha es crucial: la exención fiscal vigente que evita que el perdón sea considerado ingreso termina el 31 de diciembre de 2025. El Departamento ha acordado que la fecha de elegibilidad valga como fecha efectiva para el perdón y evitar impuestos, pero la incertidumbre persiste para quienes logren el perdón más tarde.
Un dato importante es que el gobierno planea eliminar los actuales planes IBR, PAYE e ICR para 2028 y sustituirlos por opciones más restrictivas, en un proceso que algunos interpretan como un intento de reformar el sistema de préstamo sin ampliar beneficios reales, alimentando las críticas.
Para los prestatarios, la recomendación clave es confirmar si están inscritos en los planes elegibles y verificar que sus pagos se contabilizan correctamente. Los que puedan cancelar deuda este año deben asegurarse que el departamento reconozca la fecha para evitar sorpresas tributarias. Quienes estén en SAVE u otros planes deben mantenerse atentos a comunicaciones oficiales y considerar asesoría.
En resumen, la reapertura del perdón bajo el esquema Trump ofrece alivio, pero la exclusión masiva de prestatarios en otros planes abre una crisis en ciernes. El fallo divide a quienes podrán borrar su deuda y quienes siguen atrapados con hipotecas estudiantiles crecientes y sin garantías.
