La Universidad de Kent avanza con un polémico plan para construir 2,000 viviendas en terrenos al norte de su campus en Canterbury, a pesar de que el ayuntamiento local ha excluido el sitio de su Plan Local por problemas de acceso, tráfico y pérdida de bosque antiguo.
La decisión ha reavivado la ira de grupos ecologistas y residentes, que llevan años oponiéndose al proyecto. La campaña Save the Blean celebró la exclusión del terreno como una victoria, proponiendo en su lugar un Bioparque ecológico y de investigación que protegería la biodiversidad y generaría ingresos para la universidad.
Pero la actuante vicepresidenta Georgina Randsley de Moura confirmó en una carta que la institución seguirá adelante con la urbanización. Según ella, el proyecto es crucial para enfrentar la crisis financiera de la universidad, que ha tenido que cerrar cursos y despedir personal. Además, enfatizó que las viviendas ayudarán a paliar el déficit habitacional en Canterbury y mejorarán opciones de transporte sostenible.
La universidad ha nombrado ya un socio para el desarrollo y descartó colaborar con Save the Blean en una solicitud de fondos al National Lottery Heritage Fund para el Bioparque, al considerarlo no viable financieramente frente a la construcción residencial.
“Creemos que desarrollar aproximadamente 2,000 hogares es la mejor solución para Canterbury, la universidad y la región sureste”, escribió de Moura.
En respuesta, Julia Kirby-Smith, fundadora de Save the Blean, denunció que la universidad intenta “forzar el plan contra la voluntad del consejo y la comunidad” y anunció que emprenderán acciones legales para detener la iniciativa.
El líder del consejo, Cllr Alan Baldock, indicó que la exclusión se basó en preocupaciones sobre “el acceso adecuado, el impacto en la red vial y la conservación ecológica”. Pero ahora la universidad planea solicitar permiso para el desarrollo independientemente del Plan Local, incrementando la tensión con autoridades y vecinos.
La diputada Rosie Duffield, opositora al plan, también mostró su respaldo a los residentes y al Bioparque, calificando la decisión como “profundamente decepcionante” y reiterando su apoyo para proteger los espacios verdes frente a construcciones masivas.
Este conflicto expone la presión que enfrentan universidades británicas en dificultades financieras para maximizar sus activos inmobiliarios, a menudo en detrimento del medio ambiente y los planes urbanísticos locales.
Hasta ahora, la universidad no ha dado más detalles sobre el calendario de presentación de la propuesta ni la ubicación exacta dentro de la propiedad Northern Land Holdings que será urbanizada.
Un portavoz del consejo recordó que cualquier solicitud de permiso será evaluada conforme al Plan Local vigente y la legislación aplicable en el momento.
