El conflicto postelectoral de Tanzania se ha extendido a Kenya, donde la localidad fronteriza de Namanga vive una crisis que paraliza el comercio y agita temores de una escalada violenta.
Protestas en Tanzania contra los resultados presidenciales están desencadenando choques y decenas de manifestantes han cruzado hacia Kenya huyendo de la represión policial. Desde territorio tanzano, la policía ha lanzado gases lacrimógenos hacia la parte keniana, afectando a residentes y comerciantes, según fuentes locales.
En Namanga, punto clave de intercambio comercial entre los dos países, los negocios están cerrados, el transporte detenido y camiones con mercancías acumulados en la frontera. “No podemos operar, la policía de Tanzania nos arroja gas y no sabemos cómo alimentar a nuestros hijos”, se queja Taliban Onyango, un comerciante keniano.
La situación se agrava por un apagón de internet impuesto por las autoridades tanzanas desde el día de la elección, lo que bloquea comunicaciones y dificulta el acceso a información. Amnesty International ha condenado esta medida y pidió su inmediata suspensión, alertando que la censura digital puede intensificar la crisis.
Ante el corte de señal, los manifestantes recurren a aplicaciones de walkie-talkie para organizarse. Por otro lado, periodistas kenianos intentaron cubrir la violencia desde Tanzania, pero les fue denegado el paso, según reportes locales.
Los gobiernos de ambos lados enfrentan presión urgente para restablecer la calma y facilitar el regreso a la normalidad comercial. En Namanga, la incertidumbre y la tensión dominan mientras crece el riesgo de un conflicto fronterizo más amplio.
 
						
									


































 
					 
								
				
				
			 
							 
							 
							 
							 
							 
				 
				 
				 
				 
				 
				