La Welsh Rugby Union (WRU) confirmó hoy la reducción de equipos profesionales masculinos en Gales de cuatro a tres como parte de una reestructuración para asegurar estabilidad financiera y mejorar el rendimiento deportivo.
La decisión se anunció en la rueda de prensa ofrecida por el presidente del consejo, Richard Collier-Keywood, desde el Principality Stadium en Cardiff. Según explicó, el nuevo modelo buscará concentrar el talento y recursos, con un presupuesto por equipo que arrancará en £6,4 millones y podrá llegar hasta £7,8 millones anuales, iguales para los tres futuros equipos.
Las licencias quedarán distribuidas geográficamente con un club en la capital, otro en el Oeste y otro en el Este de Gales. Esta reestructuración implica el fin del formato actual de cuatro equipos masculinos y se mantiene un modelo con dos equipos femeninos élite, reforzando la inversión en el rugby femenino.
La WRU también anunció una inyección adicional de £40 millones a invertir en cinco años en desarrollo desde la base hasta la élite, con programas para mejorar entrenamiento, academias nacionales masculinas y femeninas, y una nueva unidad para gestión y detección de talento.
Este plan responde al clamor de los aficionados y expertos tras una consulta pública que dejó claro que hace falta una solución duradera y no una medida temporal, según Collier-Keywood:
“Queremos un cambio que respete la historia pero que también prepare a Gales para el éxito futuro. No será fácil pero la urgencia lo exige.”
El anuncio provocó críticas inmediatas desde la oposición política. Gareth Davies MS, portavoz conservador para Cultura, Turismo y Deportes, calificó la medida como un golpe duro para comunidades y jugadores:
“Reducir equipos profesionales daña la identidad del rugby galés y limita oportunidades para jóvenes talentos.”
Collier-Keywood explicó que la WRU está comprometida a respetar los contratos actuales con la Unión de Rugby de las Regiones Celtas (URC) y clubes mientras negocian las nuevas condiciones. Si no se llega a un acuerdo, se lanzará un proceso de licitación justo y transparente para las tres licencias.
El director de rugby y rendimiento élite, Dave Reddin, subrayó que el sistema nacía de una consulta amplia y que, aunque reduce el número de clubes, busca equilibrar la tradición con la necesidad de competir internacionalmente:
“Esta estructura es un paso adelante para restaurar el ADN del rugby galés y elevar el nivel donde más importa: en el campo.”
La WRU también subrayó su apuesta por el rugby femenino con dos equipos élite, una academia nacional, y una liga doméstica reforzada. La representante del comité femenino, Amanda Bennett, señaló que la reciente exposición mundial ha abierto una oportunidad para crecer en este sector.
Paralelamente, el Parlamento británico ha convocado una sesión en enero de la Comisión de Asuntos Galeses para debatir el impacto económico, cultural y deportivo de esta reforma con representantes del WRU y otras entidades deportivas.
Así, Gales se enfrenta a uno de los mayores cambios en su rugby profesional en décadas, apuntando a un modelo más sostenible pero que divide opiniones a nivel local y político.
