YouTube ha eliminado sin previo aviso más de 700 vídeos de tres importantes organizaciones palestinas que documentaban presuntas violaciones de derechos humanos por parte de Israel.
Las cuentas de Al Mezan Center for Human Rights, Al-Haq y el Palestinian Center for Human Rights fueron borradas a principios de octubre, según reportó The Intercept. Todas estaban activas en YouTube y tenían horas de grabaciones sobre hechos que sus miembros califican como crímenes de guerra.
La razón oficial: las sanciones impuestas por la administración Trump en septiembre, tras la colaboración de estos grupos con la Corte Penal Internacional (ICC). Estos aportaron pruebas contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el exministro de Defensa Yoav Gallant, en procesos por crímenes de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad.
El Estado estadounidense argumentó que las organizaciones participaban en investigaciones de la ICC sin consentimiento de Israel. El senador Marco Rubio defendió las sanciones diciendo que “estas entidades han participado directamente en esfuerzos para investigar, arrestar o procesar a nacionales israelíes sin consentimiento.”
Desde YouTube, Boot Bullwinkle, portavoz oficial, confirmó que la eliminación fue “un resultado directo de las sanciones del Departamento de Estado” y reiteró que Google cumple con todas las leyes de sanciones comerciales.
Pero para expertos y defensores de derechos humanos esto supera la mera aplicación de la ley. Katherine Gallagher, abogada del Center for Constitutional Rights, calificó la acción como “una ayuda a la agenda de Trump para silenciar pruebas de violaciones y crímenes de guerra”. Afirmó que la ley que usaron para las sanciones no debe impedir la difusión pública de estos documentos y vídeos.
Desde Al Mezan denunciaron a través de un comunicado que la medida los deja “sin poder cumplir su misión ni difundir su mensaje” y advirtieron que esta censura afecta la rendición de cuentas y silencia a las víctimas. En Twitter, su portavoz afirmó:
“Estamos siendo silenciados, YouTube borró horas de pruebas sobre violaciones israelíes a la ley internacional en un acto vergonzoso de censura.”
También alertaron que esta práctica puede extenderse a otras plataformas, reduciendo la visibilidad internacional sobre la situación en Palestina.
Sarah Leah Whitson, directora de Democracy for the Arab World Now, manifestó su sorpresa ante la facilidad con la que YouTube cedió a la presión política y advirtió que esto sienta un precedente peligroso: “La administración Trump puede ahora decidir qué información llega al público.”
Las sanciones previas y esta decisión ocurren en un contexto de creciente tensión sobre la investigación legal que la ICC prepara para emitir órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant en 2024.
En Reino Unido, donde YouTube tiene una gran audiencia pro-Palestina y pro-Israel, esta medida ha generado debate sobre la libertad de expresión y el control político sobre grandes plataformas digitales.


































